Cosas como que es el oro líquido, que es bueno para la salud y que es fundamental en la dieta mediterránea, seguro que ya las sabes. Pero del aceite de oliva siempre hay algún dato que es interesante conocer. Y, como no se nos ocurre un sitio mejor para hablar de ello, hoy te daremos una nueva dosis del tema.
Un poquito de cultura general sobre el aceite de oliva
El aceite de oliva tiene una antigüedad de miles de años, cuando los romanos griegos y fenicios empezaron a cultivar olivos y a extraer el jugo de sus aceitunas. Pero esto ya lo hemos hablado en anteriores artículos. Vamos con las novedades (ya conocidas desde hace años, pero que igual a ti se te han pasado).
El aceite es realmente un zumo de fruta
Espeso como él solo, y no es especialmente recomendable para beberse una botella una tarde de calor. Pero, técnicamente, es un zumo de fruta, pues es un jugo que se extrae de una fruta, además, mediante procesos mecánicos.
La acidez no influye en su sabor
Pese a lo que popularmente se cree, la acidez no puede determinarse por el sentido del gusto. Ni mucho menos: para conocer la acidez de un aceite, se necesita de un análisis químico.
El buen aceite se extrae sin químicos
Los aceites vírgenes, se entiende. El proceso para la extracción en este caso es mecánico al cien por cien.
Los buenos anuncian su llegada con su aroma
Si este es afrutado, intenso o fresco, sabrás que estás ante un buen aceite.
Asimismo, si el olfato no es lo tuyo, podrás apreciarlo por su sabor, ligeramente picante y amargo.
Ciertamente, nunca dejaremos de aprender cosas sobre el aceite. De hecho, ya se ha comentado alguna vez en los círculos de estudiosos que no se conocen todos los beneficios que tiene en nuestro organismo.